Prácticamente a cuatro meses desde que se informo de la pandemia COVID19, Brazil presenta dificultades políticas y sociales en el control de esta enfermedad.
Dando como protagonista principal al Presidente Bolsonaro que a tomado una postura de autocracia sin importarle el impacto de virus, y es que el mandatario incentiva a la población a no quedarse en casa, a salir a las calles y a mantener sus actividades, con la excusa de que en casa nadie va a resolver los problemas.
Es verdad que la política que maneja Bolsonaro es un poco eludible a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, y tampoco es justificable el método que usa para engañar a la población a consumir cloroquina que supuestamente ayuda a combatir el COVID19.
Si es cierto la cloroquina si ayuda a contrarrestar los efectos del virus, pero también hay que aclarar que no todos pueden hacer el uso de esa medicina, sobre todo enfermos del corazón, personas con diabetes o los que sufren arritmia cardíaca, ya que esta significara la muerte, por los componente que contiene dicha medicina.
"La cloroquina es un fármaco del grupo de las 4-Aminoquinolinas que se utiliza en el tratamiento o prevención de la malaria, así como en el de determinadas enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico".
Hay muchos críticos que afirman que Bolsonaro mantiene una postura similar a la de Donald Trump, y así mismo se dice que sigue el mismo régimen; lo que si se sabe es que Brasil esta apunto de superar a Rusia en números de contagios y muertes.
Vale recalcar que las decisiones que se están tomando, no va a salvar al pueblo Brasileño, es por eso que las teorías de conspiración apuntan que al mandatario no le importa en lo absoluto su nación, y solo se enfrasca en salvar a sus allegados e intereses políticos y económicos.
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